dissabte, 16 de gener del 2016

A Baldoví le faltaron los faquires



«Los diputados de Compromís no tuvieron mejor idea que aparecer en el Congreso a ritmo de marcha mora» 




¡Vaya semana parlamentaria que nos hemos marcado, no sólo por aquí, también en Madrid! Comenzando por lo más cercano, la política ha vuelto a demostrar que no conoce de ideología a la hora de ponerle «jeta» al asunto de la función pública. Covadonga Peremarch, diputada por Podemos, decidía el martes su paso al grupo de los no adscritos, la forma fina de denominar al grupo mixto, después de que su formación la suspendiese de militancia al quedar probado su «pucherazo» en las primarias. 

El resumen de esto es que tu partido te pilla haciendo trampas, y el premio es que nadie puede evitar que te rías de tus votantes, no tengas que someterte desde ahora a disciplina de grupo alguno y de paso que te pongan un despacho con sus 3.000 euros de sueldo al mes por los próximos cuatro años. Para celebrarlo, Covadonga Peremarch decidió no presentarse al Pleno del día siguiente. Si esto pasa con uno del PP... 

Pero de ridículo mundial hay que calificar la llegada de algunos miembros de Compromís, el miércoles, al Congreso de los Diputados. Baldoví y cía. no tuvieron mejor idea que aparecer a ritmo de marcha mora. Timbales, tambores, percusión y viento para interpretar entre otros, el pasodoble «Amparito Mora» o la marcha «Chimo». Faltaron los faquires tragafuegos y alguna salva de disparos de trabuco para que el espectáculo fuera completo y la falta de respeto por la institución superlativa. 

¿Se imaginan en EE.UU. al congresista por el estado de California entrando con un grupo de animadoras? ¿O al de Texas acompañado a las puertas del Capitolio por un espectáculo de western? ¿A que no? Entre otras cosas, por que el descrédito social sería tal que les costaría el puesto esa misma tarde, sea de quien sea el acta de turno. Por encima de tecnicismos legales, está el respeto a las instituciones, algo que por aquí ha caído en desuso. 

Y para redondear la semana ya hemos escuchado en las Cortes Valencianas la expresión «la Senyera dels collons». El fenómeno que la pronunció ayer fue el diputado por Compromís Josep Nadal, que no debe haberse enterado que el escaño le habilita para votar que se derogue una ley, en este caso la de defensa de las señas de identidad, pero no para faltar el respeto al símbolo por excelencia de nuestra tierra.





Artículo escrito por: Vicente Ordaz
Publicado en: ABC

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